"A veces, en Marzo hace viento. Tanto que se lleva consigo algunas cosas. Recuerdos, instantes, emociones. Pero, también puede hacer una ligera brisa.
Una brisa nueva y dulce que no se lleva nada, sólo trae. Nos deja entre el pelo sabores nuevos a verano, besos sin estrenar, manos recias y sueños.
Muchos sueños.
Y, poemas de amor al hombre de nuestra vida. Ese hombre que no esperábamos y llega cambiando la percepción de las cosas.
Que hace que todo brille y se llene de colores. Un hombre distinto.
Una brisa nueva y dulce que no se lleva nada, sólo trae. Nos deja entre el pelo sabores nuevos a verano, besos sin estrenar, manos recias y sueños.
Muchos sueños.
Y, poemas de amor al hombre de nuestra vida. Ese hombre que no esperábamos y llega cambiando la percepción de las cosas.
Que hace que todo brille y se llene de colores. Un hombre distinto.
La vida nos va poniendo delante experiencias diferentes. Unas buenas, otras malas, unas muy buenas y otras horrribles. Y nos hacemos a la idea de que todo es eso, una especie de noria emocional que nos balancea a su gusto, cogiéndonos sin armas, sin trincheras.
Por eso, cuando él llega, tratamos de acapararlo, de sujetarlo. con ese miedo atávico a perderlo. Hasta que un mes de marzo, en mitad de un caos inesperado, lo miras y sabes que es libre. Que sólo libre estará contigo. Y lo amas como se debe amar. Para siempre. Y la brisa te mece el corazón. La brisa de su aliento."
Así comienza el libro más hermoso y real que he leído jamás. "La suave brisa de marzo" de Pakayla Bienh, la famosa autora de títulos como "Junto a la orilla de un beso" y "la distancia entre dos puentos seguidos". Magnífica autora siempre que, en este libro, se derrama, se entrega, se destruye y se construye de nuevo. Diferente. Fuerte. Enamorada.
Acércate...
estoy sentada junto a la ventana
mirando estrellas de ciudad
pálidas y lejanas,
intentando escuchar el viento
que suena mezclado con motores
de almas apresuradas,
tratando de ver cómo se balancean
las hojas de los árboles de piedra
Acércate...
y dime cómo suena esta noche el mar,
si se escucha a algún buho ulular,
cuéntame que te dice la brisa,
qué canción entonan las ramas,
de qué color es el alma de las cosas.
Acércate, amor
y cuéntame...
estoy sentada junto a la ventana
mirando estrellas de ciudad
pálidas y lejanas,
intentando escuchar el viento
que suena mezclado con motores
de almas apresuradas,
tratando de ver cómo se balancean
las hojas de los árboles de piedra
Acércate...
y dime cómo suena esta noche el mar,
si se escucha a algún buho ulular,
cuéntame que te dice la brisa,
qué canción entonan las ramas,
de qué color es el alma de las cosas.
Acércate, amor
y cuéntame...
Y con poemas como éste va aderezando páginas y capítulos, experiencias, caricias y atardeceres. Desdoblando el tiempo en una cinta de Moebius para encontrarse siempre con el hombre que ama.
Emocionante.
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