En el árbol filogenético del hombre, observamos cómo a partir del Mioceno se separan dos grandes grupos, los Antropomorfos y los Homínidos. Como si una mano mágica hubiera escogido sólo al hombre como cúspide de la evolución, dejando atrás a orangutanes, gorilas y chimpancés.
La ciencia dice que, de acuerdo con la síntesis moderna establecida en los años 1930 y 1940, la variación genética de las poblaciones surge por azar mediante la mutación (ahora se considera que está causada por errores en la replicación del ADN) y la recombinación (la mezcla de los cromosomas homólogos durante la meiosis). La evolución consiste básicamente en los cambios en la frecuencia de los alelos entre las generaciones, como resultado de la deriva genética, el flujo genético y la selección natural.
La especiación podría ocurrir gradualmente cuando las poblaciones están aisladas reproductivamente, por ejemplo por barreras geográficas (especiación alopátrica), o por cambios dentro de una misma población (especiación simpátrica).
Desde hace algunos años, los científicos han reparado en la enorme semejanza de nuestros genes con los genes del chimpancé. Es así como se ha observado que el 98% de nuestro genoma es idéntico al genoma del chimpancé. Solo ese 2% es el que nos hace ser tan diferentes. Un 2% carente de interés, porque por más que se busca y se busca una diferencia que nos separe de ellos, haciéndonos reyes frente a mendigos, no se encuentra.
Hemos leído que la especiación puede ser alopátrica, que no es el caso pues compartieron siempre ambos territorios y espacios, o simpátrica, más absurda aún, porque eso indicaría que en un grupo de ancestros cercanos comunes, un pequeño grupo fue tocado por el dedo de la evolución, dejando al resto de lado. Al menos, suena extraño.
Por eso, Anton Slater, doctor en biología evolutiva por la universidad de Yale, después de estudiar miles de hombres y de chimpancés, ha llegado a la única conclusión lógica: el chimpancé, se negó a seguir los pasos del hombre. Y se negó conscientemente, demostrando ser el más inteligente de los dos.
¿Qué por qué dice eso? sencillo... Los seres humanos son agresivos por naturaleza porque es necesario para la supervivencia, pero en lo que falla la sociedad actual, y ha fallado siempre, es en el control de los comportamientos agresivos innecesarios y patológicos.
Entre las causas que se apuntan sobre esta falta de control de la agresividad destacan, además de los factores biológicos, algunos factores socioambientales propios de las sociedades modernas como son la masificación, la contaminación acústica y atmosférica, las deficiencias de la educación y la frustración de las expectativas.
De todo esto, el chimpancé, del que trata su libro, como los orangutanes y los gorilas, se libran.
Emma ya no va a escalar el Everest ni va a descubrir América. Emma ha cruzado esa frontera en que los sueños quedan atrás y sólo quedan los días.
Un otoño más, un equinoccio repetido tántas veces...que el corazón ya no siente ni los cambios de luz. No tiene humor para relajarse y mirar. Sólo mirar.
Adela tampoco va a descubrir ya el polo norte, ni tan siquiera va a viajar a otro país. Pero siempre se negó a cruzar la línea en que los sueños se vuelven chiquilladas. Sueña con que algún día, algo podrá cambiar en ella, algo pequeño y hermoso que la hará feliz.
Y tal vez sea este otoño nuevo, con aroma a tierra mojada y una alfombra roja de hojas de tilo. Tal vez... por eso siempre mira al cielo, a las caras de la gente que se cruza, a las aceras negras, a los árboles.
Emma y Adela coinciden en el ascensor de un centro comercial cuando un apagón las deja aisladas del resto del mundo. Y, hablan. Para espantar el miedo, por necesidad física, porque no queda otra. Hablan.
Y, en cada una, se va produciendo un cambio. Quizá el que esperaba Adela, o el que nunca soñó Emma, pero un cambio en sus formas de ver el mundo.
Las vidas de cada una se desgranan en la oscuridad como si no hubiera oyentes, como si por primera vez, expresaran en voz alta todo lo que sienten.
Se prometen muchas cosas, amistad, compañía, gestos.
Y se enciende la luz. El ascensor sigue su camino con un gruñido hasta llegar a la planta cero donde abre su boca. Y, ellas, salen.
Apenas una mirada, un saludo con la cabeza, nada ¿O habrá más? ¿La historia de Emma y Adela volverá a cruzarse?
Sólo lo podrán saber si leen OTOÑO, el tercer libro de la magnífica Amelie Borgnat, que promete tener continuación en INVIERNO, claro.
Les recomiendo esta autora francesa, que con le savoir faire de una educación exquisita, nos derrama la vida de los seres invisibles.
El gótico propiamente dicho coincide en el tiempo con la plenitud y la crisis de la Edad Media. Se suele indicar que frente al arte románico (que refleja una sociedad ruralizada de guerreros y campesinos), el gótico coincide con el máximo desarrollo de la cultura urbana donde aparece la burguesía, las universidades y el florecimiento de las órdenes religiosas (monásticas como el Cister y mendicantes como franciscanos y dominicos), así como la acentuación de los conflictos y la disidencia (revueltas populares, herejías, desarrollo y crisis de la escolástica, Cisma de Occidente) y finalmente los pavorosos espectáculos de la Peste Negra y la Guerra de los Cien Años en un mundo tan cambiante que sólo puede entenderse en términos de una mutación fundamental (para la historiografía materialista, la transición del feudalismo al capitalismo).
Es decir, el gótico fue una forma de romper, de buscar un cambio necesario para la sociedad que lo pedía a gritos.
Su literatura destacó por El castillo de Otranto (The Castle of Otranto, en inglés) una novela escrita por Horace Walpole en 1764. Es considerado el texto inaugural de la literatura de terror gótico, iniciando un género literario que llegó a ser extremadamente popular a finales del siglo XVIII y principios del XIX
De la misma forma, el gótico actúal, es un movimiento subcultural (o cultura underground) existente en varios países. Empezó en el Reino Unido entre finales de 1970 y mediados de 1980, dentro de la escena del rock gótico (una derivación del post-punk). Su estética e inclinaciones culturales provienen principalmente de las influencias de la literatura de terror, el cine de terror y, en menor medida, de la cultura BDSM.
Los miembros de la subcultura gótica comparten gustos estéticos, musicales y culturales. A pesar de que la música gótica abarca varios subgéneros y estilos, todos estos tienen en común la tendencia hacia una apariencia y un sonido dark u oscuro. Los estilos de vestimenta dentro de la subcultura toman influencias del death rock, el punk, el estilo andrógino, y hasta el estilo de vestimenta del Renacimiento o de la época victoriana; sin embargo, los góticos tienen una estética propia, que se centra en el color negro: trajes negros, maquillaje para resaltar palidez en el rostro o pintalabios negro o rojo.
Un nuevo cambio. Una forma de desesperanza que nace frente a la sociedad capitalista, deshumanizada y cruel, que ha creado una generación perdida en el consumismo de sus predecesores.
Las bandas que comenzaron el movimiento del rock gótico y el deathrock eran unas pocas en cuanto a número: Bauhaus, Siouxsie & the Banshees, The Cure, Southern Death Cult, Sex Gang Children, 45 Grave, UK Decay, The Virgin Prunes, Alien Sex Fiend y Christian Death. Joy Division, Echo & the Bunnymen, Dead Can Dance, Adam and the Ants y Killing Joke, también han sido relacionadas con este inicio del género.
A mediados de los 90, los estilos de música que se escuchaban en los lugares a donde concurrían los góticos variaba desde el gothic rock, el deathrock, la música industrial, EBM, ambient, música experimental, synthpop, shoegazing, punk rock y el glam rock de la década de 1970 (no confundir con la posterior música glam). Esta variedad fue resultado de la necesidad de maximizar la asistencia de todos fuera de la escena de música alternativa, particularmente en los pueblos pequeños, y debido a los gustos eclécticos de los miembros de la subcultura; pero también señaló nuevos cambios en la actitud. En años más recientes han visto un resurgir el sonido del punk positivo («positive punk») y el death rock. Bandas con un sonido gótico más antiguo como Cinema Strange, Bloody Dead and Sexy, Black Ice y Antiworld. A su vez el Drop Dead Festival ha generado muchos fans en todo el mundo. Hoy en día, la escena musical gótica ha crecido principalmente en la zona de Europa occidental, especialmente Alemania, con grandes festivales como Wave Gotik Treffen, M'era Luna (festival) y otros atrayendo decenas de miles de fans.
Una forma fundamental de este movimiento es la literatura. Tanto en prosa como en verso aparecen los iconos góticos de la época actúaly medieval: vampiros, no muertos, desesperanza.... un conjunto de temas que hacen de esta forma de escribir algo digno de leerse.
Muchos autores han dejado huellas de su experiencia gótica, de sus vivencias en la oscuridad de una vida que ofrece muchos más momentos de desgracia que de felicidad.
Alexander Österreich, es una buena muestra:
Y, aquí, un pequeño fragmento de su obra:
En Negro
Se memarchó la
esperanza
por la taza de tu váter
no hay fututo que tocar
sin tocar la sangre roja
Love will tear us apart
Los no muertos cantan folk
y me vienen a buscar
sobre tus manos tan blancas
manos que me asesinan
cada vez un poco más
Love will tear us apart
Cuando en mi lápida rece
que me desnudé de vida
vendrás a cubrir mi cuerpo
con el frío de tus besos
Love will
tear us apart
Balhaus me
canta al oído
una nana sin nacer
y en mi memoria no encuentro
nada que poder decir
Love will tear us apart
Te quise, más, no hay remedio
es la hora de morir
Dónde
Où saigne
'où la blessure
est dans quel coin
d'un saut derrière
ou d'une avancée
je ne la trouve pas
et saigne
Hier moi as-tu dit
que la destination était libre …
Vampiro
Cayó la noche a duras penas
sobre las nieblas espesas
de mil lunas nuevas
La soledad jugaba a la cuerda
con mis huesos secos
con mis labios muertos
A dónde se marchómi
historia
que no la encuentro escondida
en el fondo negro de ningún espejo
Soledad de hambre, soledad de sed
Soledad sin estruendos
Sobre el satén amarillo que guarda mi cuerpo
las horas que el sol pasea su reino
Otra representante de la literatura gótica que merece la pena leer es Marta Slucher, escritora que unifica la edad media con el siglo XXI con obras tan importantes como "El principio y el Final" o " De aquí al vacío". Entre sus poemas destacan aquellos que demuestran la falta de fé en el ser humano, en el futuro y en ella misma:
El Trueno
Truenos
retumban las paredes
se abren los techos
una dama húmeda
con gotas de acero
va rompiendo
las grietas
enterrándose en el subsuelo
Con las manos cava
con la boca rasga
hasta llegar al costado
de un árbol sin dueño
que en sus raíces la acoge
que en sus raíces la guarda
Raíces oscuras
nervios de la noche
enterrados de luz
caminos de humedad
negra y pegajosa
adherida al vestido
de una dama que huye
con el tiempo sin tiempo
que se perdió en un trueno
Huele…
huele a incienso
a crepúsculo de luces nocturnas
a rezo
rodillas ensangrentadas
clamando en la tormenta
La dama llora…
Truenos
tambores y danza
vueltas y vueltas
antorchas que se queman
en el gran fuego
cuerdas...
vueltas y vueltas
silencio
La lluvia baila …
Sangre
La raya izquierda le
salió perfecta
la derecha un poco torcida
no tenía tiempo de sacarle punta
allápiz negro que
compró en febrero
Los polvos blancos tapaban sus pecas
esas que delataban su naturaleza
y no la dejaban tranquila un momento
Salía la luna cantando a NIGHTWISH
la noche se hacía reina de rincones
sus Labios rojos cortaban estrellas
sus uñas mordidas arañaban soles
El calor que buscaba se iba haciendo denso
una gota de sangre rebotaba en el suelo
Por fin se apagaba la luz de los cielos
y sus veinte años se iban con ellos
Algunos de los seguidores de la subculrura gótica enlazan sus vivencias con el bondage o el BDSM, una forma de relación sexual basada en la dominancia y en la sumisión. Aunque la mayoría, lo que adora es su estética, también hay practicantes de esta corriente para nada nueva.
Autores como Dominique Adair, Cheyenne McCray, Christine Warren, Claire Thompson o Desiree Holt abarrotan las librerías con títulos enlazados al BDSM.
La autora Silvia Perraul expone sus sueños en poemas como éste:
Cerró las esposas mientras se besaban
y con seda negra cubrió su mirada
observó su cuerpo latente y expuesto
y marcó su carne dejando su sello
veinte latigazos cruzaron sus nalgas
y entre los gemidos hablaron silencios
pidiendo más fuerza en la venda del pecho
Despertó al sonar la alarma diaria
entre sábanas mojadas de sueños perdidos
Era como un perro dejado en la acera
no tenía dueño ni ama
que le clavara una estaca en mitad del alma
En fin, algo rompedor con un fondo clásico de gente nueva que, se queja. Y lo hace con razón, con un grito mudo pero estridente que dice las cosas como realmente son:en esta mierda de vida hay que tirar muchas cosas. Siempre estamos cuidando de alguien y la plaza es una selva con animales disecados, árboles peladosy nieve. Funerales. Ellos estuvieron, alguna vez fueron sangre y ahora, con los árboles pelados las tumbas sobresalen.
Un nuevo concepto no tan nuevo, pero, poco explorado. Apenas en el 2002 tuvimos las primeras pistas gracias a Luis González: Poesías Urbanas.
Pero ¿qué es eso? El punto de vista del poeta siempre es subjetivo.La poesía es escribir pensamientos con palabras, atrapando la realidad como siempre; pero todos sabemos que la naturaleza, aunque no son palabras, también es poesía. El punto de inflexión llega cuando encunetras la poesía en el medio urbano, donde no todo lo es, pero si una gran parte, aunque hay que encontrarla. Una vez que lo ves, ya no te resulta difícil volver a verlo. Sigue siendo un punto de vista subjetivo, pero sin palabras, lo cual da una posibilidad de interpretación diferente de cada poema para cada persona.
Hoy nos encontramos con un autor de Poesía Urbana que da a sus poemas un giro diferente. Una mezcla entre sí mismo y la ciudad, entresacando sentimientos de esas cosas que vemos todos los días y nos pasan desapercibidas: aceras, farolas, charcos.
En cada poema, entrega el alma y succiona la que guardan las cosas, amasando versos con peso molecular.
Moléculas cis y trans, tornadas en L o D, despertando almas y corazones.
Él es Amado Gómez, joven, fuerte, urbano y cosmopolita que escribe sin dejar al aliento salir de los pulmones.
"A veces, en Marzo hace viento. Tanto que se lleva consigo algunas cosas. Recuerdos, instantes, emociones. Pero, también puede hacer una ligera brisa. Una brisa nueva y dulce que no se lleva nada, sólo trae. Nos deja entre el pelo sabores nuevos a verano, besos sin estrenar, manos recias y sueños.
Muchos sueños.
Y, poemas de amor al hombre de nuestra vida. Ese hombre que no esperábamos y llega cambiando la percepción de las cosas.
Que hace que todo brille y se llene de colores. Un hombre distinto.
La vida nos va poniendo delante experiencias diferentes. Unas buenas, otras malas, unas muy buenas y otras horrribles. Y nos hacemos a la idea de que todo es eso, una especie de noria emocional que nos balancea a su gusto, cogiéndonos sin armas, sin trincheras.
Por eso, cuando él llega, tratamos de acapararlo, de sujetarlo. con ese miedo atávico a perderlo. Hasta que un mes de marzo, en mitad de un caos inesperado, lo miras y sabes que es libre. Que sólo libre estará contigo. Y lo amas como se debe amar. Para siempre. Y la brisa te mece el corazón. La brisa de su aliento."
Así comienza el libro más hermoso y real que he leído jamás. "La suave brisa de marzo" de Pakayla Bienh, la famosa autora de títulos como "Junto a la orilla de un beso" y "la distancia entre dos puentos seguidos". Magnífica autora siempre que, en este libro, se derrama, se entrega, se destruye y se construye de nuevo. Diferente. Fuerte. Enamorada.
Acércate... estoy sentada junto a la ventana mirando estrellas de ciudad pálidas y lejanas, intentando escuchar el viento que suena mezclado con motores de almas apresuradas, tratando de ver cómo se balancean las hojas de los árboles de piedra Acércate... y dime cómo suena esta noche el mar, si se escucha a algún buho ulular, cuéntame que te dice la brisa, qué canción entonan las ramas, de qué color es el alma de las cosas. Acércate, amor y cuéntame...
Y con poemas como éste va aderezando páginas y capítulos, experiencias, caricias y atardeceres. Desdoblando el tiempo en una cinta de Moebius para encontrarse siempre con el hombre que ama.
Una fiesta puede ser apasionante. A todos nos viene bien, de vez en cuando, relacionarnos con amigos y desconocidos que pueden darnos sorpresas, e, incluso, cambiarnos la vida. Y si es un ambiente alegre, distendido, condimentado con una copa o dos de champagne, por supuesto francés, la alegría se expande en el salón como esas pequeñas burbujas doradas que cosquillean la nariz.
Pero, a Lisa Grant, le solían hacer cosquillas cosas diferentes al champagne, demasiadas cosas de las que no era consciente. Y cuando eso sucedía, al llegar a su casa, no recordaba nada de lo sucedido horas antes. Y era extraño.
Esos vacíos de tiempo, esas huellas en el cuerpo, las manchas de la ropa que encontraba al levantarse, las sensaciones... la llevaban a tratar de recordar con ahinco, pero, sin resultado.
Hasta que una mañana, mientras desayunaba, alguien tocó a su puerta. Cuando fue a abrir, con ese cansancio que no entendía, no encontró a nadie. Sólo había una foto sujeta al pomo.
Una foto que hizo que durante unos instantes, su grito fuera mudo, hasta transformarse en un sollozo aterrorizado. Esa ¿era ella? ¿Quienes eran los demás? ¿Dónde estaba sacada esa foto? ¿Por qué sólo había sangre?
Me temo que para conocer todas las respuestas, tendrán que leer "Después de la fiesta" de Massagrande&Kelly, una pareja de autores que, cuando escriben juntos, nos saben encoger el corazón. Y el cuerpo.
La mejor novela de terror psicologico de los últimos tiempos.
Mes chers amis silencieux, vous savez ce qui est du sable?
Le sable est ... un mystère.
El misterio de la arena.
Lo que guarda, lo que esconde, lo que calla, lo que cuentan sus diminutos granos. Pasado, presente y futuro agazapados en algo a lo que casi nadie presta atención.
La pisamos, la despreciamos, nos molestamos con ella y se nos olvida mirarla, acariciarla. Y, sobre todo, se nos olvida escucharla.
Menos mal que hay personas, como Isaac Roediger, que sí la tienen en cuenta para escribir una novela con ella como protagonista.
Pero, antes de hablar del argumento de la novela, vamos a hacer de detectives y a comprobar por nosotros mismos esa magia oculta.
Acerquémonos al misterio poco a poco. Escuchémosla un ratito.
Atención...
¿Se dan cuenta del milagro? c'est merveilleux...
Pues así, desmenuzando un puñado de arena, es como el autor de este libro apasionante hace que su protagonista, un biólogo interesado en el estudio de la arena para clasificar foraminíferos y diatomeas, encuentre un pedacito de hueso humano, con una historia detrás, claro, que él se encarga de descifrar.
Una apasionante historia de pérdidas y encuentros, de despariciones y sorpresas.
Leerlo está obligado para todos aquellos que creen, como yo, que nada se pierde jamás, aunque lo hayamos olvidado.
Háganme caso si, además, les gusta la biología, les interesan los fósiles, hacen sus propias teorías evolutivas y les encanta el misterio.
No dejen pasar este título ni este autor. Me lo agradecerán.